Nunca fui de ligar en discotecas. No suelo llamar la atención.
Mi atractivo reside en valores que resaltan poco en una discoteca con poca luz,
música alta y cientos de personas bailando ridículamente. Nunca me considere guapo
y lo sabes. Atractivo soy, muchas mujeres lo ven, otras no. Ellas se lo pierden.
Pero desde que estoy con Anna la cosa ha cambiado. El hecho
de ir con ella, de su mano, besarnos de vez en cuando, jugar, tontear, hace que
el resto de mujeres ( y algún que otro hombre) me miren con cara de deseo.
Miradas lascivas entre la multitud. Miradas que follan.
Aquella noche pintaba aburrida. Después de cenar por el
centro y bebernos un par de jarras de Sangria, el calor y el cansancio
acumulado de la semana vaticinaban una noche corta y aburrida. Andando sin destino
aparente, me preguntas que quieres que hagamos.
Casualidades de la vida me lo preguntas justo en la puerta de la
discoteca donde pasaba mis años de adolescencia. Aquellos donde mi pequeño
sobrepeso hacia que no ligara en exceso.
Anna: ¿Que te apetece que hagamos?
Yo: Quiero que entremos aquí. Me digas quien es el chico mas
guapo de la discoteca y te vayas a por el.
A partir de ese momento, tu y yo no nos conoceremos.
Anna: “¿Pero estas loco? Sabes que capaz soy y si me lo ligo
te morirás de celos. ¿ Que hago si se me lanza?”
Yo: “Yo estaré mirándoos desde lejos. En el momento
oportuno, cuando el crea que te tiene en el bote, me pondré a vuestro lado y te
seduciré como la primera vez. “
Me agarras fuerte la mano, me abrazas, me besas en el
cuello, y me dices al oído que solo de pensarlo te están entrando los calores.
Me besas y desapareces. Parece que la víctima la elegirías tu y no yo. Lo
acepto.
Tras pedirme una copa y dejarte aproximadamente 10 minutos,
te veo a lo lejos. Estas hablando con un
armario de 185, brazos tatuados y cuerpo de mas de 8 años de gimnasio. Esta
acompañado por dos amigos mas y una
chica que parece su hermana.
De vez en cuando me miras y sonries. La inteligencia de tu
elegido hace que no se entere de nada. Le hablas al oído, te acercas un poco,
flirteais. No sabia que eras tan buena actriz. Desconicia esa faceta tuya. Me
despisto por un rato y cuando vuelvo a mirar ZAS, estas en sus brazos. Momento
de actuar.
Tus gorilas van a la barra a pedir algo y te quedas sola con
la chica. Es mi momento. Me acerco y te pregunto.. ¿Sonríes así siempre, o solo
es cuando sales por aquí? Te empiezas a reír, la hermana de tu ligue tiene los
ojos como platos. Esta hasta preocupada de que estés hablando con otro y su hermano
esté a punto de volver. De hecho, te
dice al oído que a su hermano eso le va a sentar fatal y puede que se lie.
La tensión crece por momentos, tanto la sexual como la
ambiental. Al volver con sus copas, tu
ligue viene a por mi súper ofendido, “ Que haces hablando con mi chica” “¿Con Dos
abrazos y tres frases de parvulario te atreves a llamarla ya tu chica?” Te cojo
de la mano y nos perdemos rápido entre la multitud. Parece que tu gorila nos
sigue con ganas de bronca.
Lástima, que mientras el buscaba y buscaba, tu y yo estuviésemos
en los baños echando el polvo más sucio que hemos echado nunca.
“Te dije que te seduciría como la primera vez, con mi voz y
mis manos y asi hice”