8 ene 2012

Lejos de las Leyes de los Hombres




Me considero una persona rarita. Es mas, me gusta ser rarito. El término normal es tan subjetivo que no lo utilizo nunca y si alguien lo utiliza para describirse denota falta de recursos y apatía. Mal vas.

No se si mis señales de identidad tienen que ver con el Hombre del Futuro o con una mezcla del Hombre de distintas épocas. Lo que si se, es todo aquello que me diferencia del resto de los seres de mi genero, o al menos del prototipo de hombre español.

Me gusta ir de compras, pasear sin destino aparente. El cine español, una buena película pastelera, una serie romántica con su toque de comedia, el teatro, un buen perfume, el deporte femenino, escuchar la radio abrazado a mi almohada, cocinar, gritar, saltar, cotillear ( estilo Reina Cotilla), cantar sin tener ni idea de la letra o vivir. Si,  vivir con morro. Lo que puedas aprovecharte de la vida hazlo. Ella ya te quita demasiadas cosas injustamente.

Todo eso me hace diferente. Son parte de mis señales de identidad. Pero lo que me hace realmente distinto son todas aquellas marcas de hombre que me dan vergüenza.
Si, siento vergüenza, tanto propia como ajena de muchos comportamientos de lo que hacen llamar el sexo fuerte. De acciones y comportamientos que me hacen pensar hacia donde vamos, o peor, de donde venimos…

Machismo, forofismo, homofobia, tauromaquia, fascismo, madridismo, violencia,  soberbia o prepotencia. Creo que son los más importantes que me hacen estar lejos de las leyes de los hombres.

¿Por que tienen que existir tantos puestos directivos a los que las mujeres no pueden optar? ¿Por el único periódico que leen son el Marca o el As? ¿Por que faltar al respeto y humillar a algo tan maravilloso como el amor entre dos mujeres? ¿Por que tengo que rechazar a una persona de otra raza que me puede enseñar y aportar tanto? ¿Encima de todo el dinero público que reciben y malgastan tengo que saber si CR7 tiene estrés por jugar dos partidos semanales ganando más dinero del que ganara toda mi calla en toda su vida? Por no hablar de la violencia.

¿Cómo pretenden que me sienta identificado e integrado con mis iguales?


4 ene 2012

Mis Sueños




Sueño con llegar a casa antes que tú.

 El tiempo suficiente para que me de tiempo a hacer la cena y tener preparada la mesa como si se tratase de un aniversario. Sueño con llegar lo suficientemente antes para tener preparadas tus pantuflas Pero sobretodo sueño con darte tu masaje cervical y en la espalda mientras te pregunto que tal ha ido el día en la oficina. Si la secretaria del jefe sigue puteandote simplemente por que eres más inteligente y más valida para el puesto que tu propio jefe. Lo de caerme al suelo redondo mientras tiro de tus botas, pegadas a ti tanto como tu belleza , no lo sueño, pero bueno nos hace tanta gracia que nos reímos a carcajadas los dos.

También sueño con largos paseos, cámara en mano, para tener la siempre eterna duda de si fotografiarte a ti siempre o al paisaje por donde paseamos nuestro amor. De tu mano, aunque no me la des físicamente, por que ya me la conozco de memoria, tengo el molde. Como también tengo el molde de tu corazón, imposible de rellenar si un día decides irte.

Me dan igual tus estados de ánimo, tus broncas, que a veces te enfades por que no acierto con los regalos o que pienses que la tortilla de patata me sale horrible. Porque solo yo se, después de algo malo, lograr que saques tu desfile de sonrisas. Ese que se llevo aprendiéndome desde el primer día que te vi.

Son sueños. ¿Algún día continuaran cuando me despierte?


3 ene 2012

Bailadores de Agua

Se dice de “Bailar el agua” a la acción de halagar, adular, someterse o adelantarse a los deseos de otro en vistas de agradar.

No, no os voy a hablar de la película “Báilame El Agua”. Para eso ya esta @lauralpi y su Nuestra Ficción ( nuestraficcion.blogspot.com) aunque si rescatare alguno de los diálogos de María ( Pilar López De Ayala).

En muchas ocasiones, cuando conocemos a alguien, tras un primer contacto inicial, tratamos de llamar la atención de dicha persona con gestos y acciones, que no buscan otra cosa que despertar el interés en nosotros. Desde una invitación a cualquier tipo de evento (teatro, cine, cervezas, deporte…) hasta simples conversaciones con palabras de animo en los momentos difíciles. Todos hemos bailado el agua alguna vez con mayor o menor éxito.

Por experiencias personales puedo asegurar que al principio queda bien. Podemos robar un “Que majo”, “Mírale que mono”, incluso esperanzas de lograr a conseguir la tan preciada cita. Pues no, nada más lejos de la realidad. Digamos que por norma general, se tratan de simples cumplidos para quedar bien.

Entonces, ¿es bueno bailarle el agua a alguien? ¿Te hace perder puntos? ¿Hasta que punto? ¿Cuando es la hora de parar? ¿no estamos realmente arrastrandonos?


 -Báilame el agua. Úntame de amor y otras fragancias de tu jardín secreto. Sácame de quicio. Hazme sufrir. Ponme a secar como un trapo mojado. Lléname de vida. Líbrame de mi estigma. Llámame tonto. Olvida todo lo que haya podido decirte hasta ahora. No me arrastres, no me asustes. Vete lejos, pero no sueltes mi mano. Empecemos de nuevo. Toca mis ojos. Nota la textura del calor. ¿Por cuánto te vendes? Píllate los dedos. Deja que te invite a un café, caliente, claro. Y sin azúcar... sin aliento.


                                                                       Báilame el Agua, Josecho San Mateo, 2000.

Mil y una preguntas en el aire. Bueno, en esta ocasión, en el Agua. @hombredlfuturo