Definitivamente no me gustan las despedidas. Menos aun las
provocadas por personas no merecedoras de algo tan importante.
Cuando uno no tiene mas sitio donde agarrarse que a una cuenta
de Twitter intenta sacar vida social de donde no la hay. Porque de donde uno ve
una relación brotando de la nada los demás aprovechan los recovecos que el
ciberespacio regala para regatearte.
Y es lo que me llevo a poner en cuarentena a Hombre Del
Futuro. Un montón de buena gente que al intentar desvirtualizar se quedaban en
agua de borrajas (no llegó a ningún lado. El origen de ese dicho se refiere a
la «borraja», que es una verdura (típica de algunas zonas de Aragón), cuya
infusión apenas tiene sustancia).
Si algo se repite más de 7 veces, casualidad no es. Sombras
del pasado mas bien, que espero ahuyentar definitivamente, entre otras cosas,
no otorgando importancia a cuentas de Twitter que no tienen sentimientos y que
ni sienten ni padecen por Hombre del futuro ni por mi.
Mirada al frente, retos que afrontar y muchas ganas de
avanzar. Os lo cuento como me gusta, bajito y al oído.
He vuelto y para quedarme